Olivia Camarena Cervera
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Mérida, Yuc., México
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Los poemas y yo: un amor apache

Entre la poesía y yo hay amor apache, ¿va? Es el resultado de mis años estudiantiles. Como otros géneros literarios, la poesía formó parte del temario académico durante un mínimo de seis años de mi vida en el colegio. ¿Pudo ser más? Sí y no lo dudo, pero tampoco lo recuerdo.

El problema no es que haya sido uno más de los temas obligatorios en la secundaria y la preparatoria, sino que, salvo contadas ocasiones, no me topé con lecturas obligatorias que resonaran conmigo. Todo lo contrario: metáforas complicadas, versos con palabras extrañas, interpretaciones fallidas y temas lejos de mi interés. Así, la poesía se convirtió en el género literario que menos me gustaba.

Me di por vencida demasiado pronto, se haría evidente si alguien preguntara qué autores leí en esos años. ¿Secundaria? Ninguno, habré estudiado para pasar las evaluaciones… y ese no es el chiste, claramente. ¿Preparatoria? Bueno, tengo un vago recuerdo de ciertos autores, esos que no me agradaron o no cautivaron mi atención. Los famosos que no terminan de convencerme, como Neruda. Y otros, el tercer grupo, los puedo nombrar con mayor alegría; éstos aparecieron en mi último año.

Los poemas que hicieron un cambio

Fue entonces, en tercero de preparatoria, cuando inició este amor apache del que sólo me queda reírme. Aparecieron poemas curiosos dentro de la masa de versos que mi mente se resistía a comprender. Unos más sencillos, con más ritmo y espíritu que otros. De los primeros fue “La duquesa Job” de Manuel Gutiérrez Nájera.

Alrededor de esas épocas aparecieron dos poemas que se convirtieron, junto al anterior, en residentes permanentes de mi journal. Versos a los que regreso siempre que necesito un empujoncito. El primero de un autor que estudiamos, pero no esta obra en específico, “Los amorosos”.

El segundo poema que entró en mi vida fue “¿Así que quieres ser escritor?” de Charles Bukowski. Este autor no lo conocí gracias a la escuela. Sin duda me hubiese gustado estudiarlo por la simple necesidad de que otros conozcan su obra.

Con esos versos tan directos y aludiendo directamente al área que ha movido mi vida desde años, no es de extrañar que se convirtiera en mi filosofía.

El resultado de tres poemas en mi vida

Si lo que piensas es que ahora amo la poesía, bueno, estás equivocado. Como dice en el inicio, es un amor apache. ¿Cómo es eso? Pues… me encanta leer los poemas que dejan un mensaje para mí, que me cuentan una historia o invitan a bailar. No pregunten, punto complicado.

Por otro lado, la búsqueda de esos poemas ha probado ser una ardua tarea. Me he topado con poemas que no entiendo, que debo leer mil veces para medio entender, demasiado pasionales —hola, Neruda— y demás detalles que rápido hacen que deje las obras a un lado.

Si lo que piensas es que ahora amo la poesía, bueno, estás equivocado. Como dice en el inicio, es un amor apache. Esto se debe a que la búsqueda de esos poemas ha probado ser una ardua tarea. ¿El resultado? Un sentimiento negativo dirigido a la poesía, mi última opción en las expediciones a las librerías.

Pese a todo esto, a veces pueden encontrar a Olivia releyendo sus poemas favoritos y buscando autores que le han recomendado, como Bécquer en días pasados. Ella puede estar muy sonriente y con el siguiente poema se cae el hechizo y vuelve a enchilarse, pero eventualmente encuentra algo que le llama la atención.

Bueno, ese es su amor apache. Hace berrinche, pero ahí sigue.

Olivia Camarena
Olivia Camarena
Oct. 1997. Comunicóloga apasionada por la literatura juvenil y la promoción de la lectura entre niños y jóvenes. La lectura nos hará libres.

1 comment

  • Yo creo que la poesía (o el verso) es como el vino, las aceitunas, el café,comidas «amargas» que conforme creces le vas agarrando gusto, sin querer. Siempre y cuando, claro, les des una oportunidad. Mi acercamiento a la poesía fue a través del teatro y hoy si puedo decir que amo el teatro en verso, así, con todas sus complejidades, pasiones exacerbadas, licencias y figuras dificiles de comprender. Porque todos los seres humanos somos así, complejos, a veces exacerbados y a veces enredados con nuestras ideas pero bellos. Y nada lo plasma mejor que las palabras finamente escogidas por los grandes poetas de la historia. Insisto, mi acercarmiento a la poesía es a través del teatro, y pude experimentarlo desde dentro de mi, hacerlo parte de mi día a día y comprenderlo de otras maneras. La poesía no es para estar solo en el papel, la poesía está en el corazón, en la mente, en el alma ❤
    Que bonito que no la rechazes y que tengas a tus favoritos, ojalá encontremos más!

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